Especular

Señor Don Dinero usted se ve el culo en el espejo. He decidido escribir duramente en contra de mi mismo. Por lo general no me gusta escribir con la brutalidad que contienen las palabras altisonantes. Pero es necesario que escriba ya unas cuantas groserías y leperadas dada la situación malvada del hombre deshumanizado. Horror en imágenes desproporcionadas vienen a mi cabeza en un arduo recuento de la literatura trágica que he vivido. Desde los confines de Gargantua y Pantagruel he intentado no escribir para ningún posible lector, sino para el acto mismo de confesar un natural seguimiento de ideas ante lo inmediato de la realidad que enfrenta mi fantasía; mi utopía. Insito la traición es algo común en la naturaleza. Cierto es un Abel y un Caín travestidos en el sueño de Electra discutiendo sobre la venganza con su hermana sobre la muerte de su padre. Aja, la escritura es un acto de insolencia para mi ego y todos aquellos que pensaron que sería un poeta al más puro estilo de un grande Cesar Vallejo. Improviso mi ceguera con mentiras y engaños, pero quien es honesto y humilde para enseñar la verdad. No deseo contribuir a una falsedad que a lo póstumo tendrá consecuencias graves en la generaciones venideras. Pero para escribir libremente es importante hacer un recuento escatológico sin restricciones en el imaginario del lector: Es necesario cagar bien la mierda, que los intestinos cumplan bien su función depurador, que haya una adecuada circulación para no sufrir estreñimiento, diarrea o evacuación de sangre. Oh deleitoso pánico en la era de la injusticia social castiga todo castrador o castradora viviente, por el karma y el darma, amén. El ser humano inolvidablemente un animal sofisticado, pero animal y mentiroso. Abominables los religiosos fanáticos y supersticiosos de ellos será el reino de los ciegos pues ni al caso que el hombre de la caverna platónico, pague por infieles. En la hora de la horca el condenado a muerte lo asilencia la desesperanza y el valor mismo de morir ejecutado por la incertidumbre que agobia al otro. La locura mía ha fallado en posicionar mi genialidad en el top rank de los escritores triunfadores, no nací sino para probar los excesos a la William Blake, para navegar la libre de libres, para acarrear una sabiduría de calle, para ser inconquistable por medios banales y aprender a escribir después de los treinta. Qué ego subsume al ego ajeno, qué ego subraya la pertinencia de los ad hoc, quién desdobla su egolatría para resistir ante la indiferencia de su familia, su comunidad su pueblo, si es cierto que nadie es profeta en su tierra, entonces cierto es que a los buenos siempre los matan la lista es larga. Indira Gandhi en paz descanse junto a su padre. Inaudito es hablar del amor en tiempos de mafias. Que nadie parara una violencia tapándole el ojo a la doñita rezadora. I´m crazy juarjuarjuar. No queda pues que mi vicio por la palabra me haga mero merolico para que mi silencio pese o deje descansar a mis adversarios metafísicos. Me leen los átomos desintegrados de la nada. Propongo para mis amigos que un día hagamos un maratón de palabras imparables por el abracadabra de la magia que nos nace.

Bueno esto fue una breve introducción emocional respecto al tema que voy a tratar: la especulación. El especulador o gandalla es el tuerto en el país de los ciegos, es quien sabe corromperse en un mercado corrompido, es el fariseo de nuestros tiempos que insiste en ser un gangster rafagando el amor cósmico…ja,ja,ja, pobre iluso, pobre mortal con su fama de inversor. Una antropología que en lo inmediato explicara la importancia de vincularnos sin mentiras con el entorno. Hay un vacío tan grande en mí como cuando todos se enteraron que te han sido infiel. Cómo cuando pasas sobre alguien arguyendo tu juicio valorativo sobre tu hermano o hermana. Cómo cuando tu inmensa y cómoda soberbia te lleva a desaprovechar la felicidad de compartir. Por más que nos duele, odiemos, tengamos un rencor milenario en contra de la injusticia y suframos como victimas, me niego a dejar de recordar que el amor es como el agua al más puro estilo del Tao Te King. La explicación a estó último la dejo de tarea. Y piensen en los sin casa, lo sin camisa, los sin comida y luego consuman lo que consuman. La con-ciencia nos dirá.