viernes, octubre 14, 2005

Fabula

La cuestion es si te la crees. Puro verbo le dicen los aludidos al halago sencillo, en realidad quieren una parte de ti, osease que parcialmente somos solicitados por los amantes. Pedro no admite que María no lo quiere como él esperaba de ella, las expectativas romanticas pasarón de moda. Las personas que se enamoran así de fácil sufren la gran desconfianza y el desengaño de los cuernos. En fin, que importa lo que escriba aqui y que importa quien lea esto, la maravilla del maestro radica en su capacidad de autodestrucción o en la magia de la justicia divina, supongo.

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