lunes, mayo 30, 2005

Un texto muy malo lleno de miedos

Miedo a ser rechazado, miedo al amor, miedo a ser golpeado y violado, miedo al miedo, miedo al miedo de los demás, miedo a la soledad del abandono, a la amenaza. Miedo a los monstruos que nacen en la razón, miedo a ser miedoso, miedo a sentir el deseo de desear, miedo a que se muevan por el miedo, miedo al que escribe del miedo, miedo a preferir la muerte a la vida, miedo al suicidio, miedo a la mentira del líder, miedo al poderoso, miedo que se acaba cuando lo reconozco.

Miedo a que te saquen los ojos ante la desilusión, a que te callen la oportunidad de desmentir, miedo que no puedas percibir el olor del azufre, que no escuches cuando se te invita a gozar, a nunca jamás volver a sentir una caricia saturada de cariño, a que tus manos no vuelvan a jugar con el aire o el agua, miedo a que tus pies los quemen en la hoguera, a que te castren de por vida la vida.

Miedo a mi ignorancia, a mis ansias, a mi instante, a mi arrogancia, mi timidez, mi exceso de confianza, mis sueños, miedo a la expectativa, a la promesa, al compromiso, nuevamente miedo al amor. Porque al amor hay que temerle cuando no se sabe que es ( que se callen por un momento los amorosos, los que saben y tienen el amor tan seguro y confinado en sus corazones) Porque el miedo me acompaña como una fuerza oscura deseosa de vestirse con luces para engañarme en la credibilidad de ser iluminado como Juana de Arco, el miedo viene y me regala su delirio, como si estuviéramos destinados a ser seres temerosos, dañinos y dañados.

Miedos y miedosos criterios de autoridades inventadas por colectividades que reflejan sus pánicos, grandes masas con tendencias conservadoras o progresivas, miedo del que permanece y del que avanza, miedo a la Santa Inquisición y sus fantasmas, miedo a la fuerza bélica de los países imperiales, miedo al capitalismo que te abandona a tu individualidad o al comunismo que aniquila, precisamente tu individualidad...miedo al control y al descontrol, miedo a seguir dividido por contradicciones sin magia...

2 Comments:

At 6:18 p.m., Blogger David Temper said...

Hasta el miedo es una elección a última instancia :D

 
At 2:44 p.m., Anonymous Anónimo said...

Al margen de los instantes

Es la imposibilidad de llorar la que conserva en nosotros el gusto por las cosas y las hace existir todavía: impide que agotemos su sabor y nos apartemos de ellas. Cuando, por tantas carreteras y orillas, nuestros ojos rehúsan ahogarse en sí mismos, preservan con su sequedad el objeto que los maravillaba. Nuestras lágrimas despilfarran la naturaleza, como nuestros trances a Dios... Pero finalmente nos despilfarran a nosotros mismos. Pues nosotros no 'somos' más que la renuncia a dar libre curso a nuestros deseos supremos: las cosas que entran en la esfera de nuestra admiración o de nuestra tristeza no permanecen en ella más que porque no las hemos sacrificado o bendecido con nuestros adioses líquidos.
...Y es así como después de cada noche, encontrándonos ante un nuevo día, la irrealizable necesidad de llenarlo nos colma de espanto; y, exiliados en luz, como si el mundo acabase de conmoverse, de inventar su Astro, huimos de las lágrimas, una sola de las cuales bastaría para desposeernos del tiempo

 

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