Maradona y el aspecto fractalinio de la gambeta.

- Oye pibe, y ese boludo que se trae con esa pavada del amor- dice uno de los tres argentinos que se encuentran por la madrugada en la azotea del Hostal del centro, con porro y chela a la mano. Celebraban su triunfo de 3 goles contra 1 de su vecino Brasil, lo fabuloso de ganarle al campeón de campeones en le fútbol, puede resultar un pleo-hiper orgasmo nacionalista. La Argentina, el país con mayor consumo de psicoanálisis, el porcentaje de psicólogos y psiquiatras a proporción al numero de población es uno, sino el más elevado a nivel mundial, melancólicos y nostálgicos, hablan sin repique, cuentan anécdotas de viajeros groovys y su loving patria, la charla va tornándose histórica y hacemos un recuento de la era de los milicos y los dictadores, sobre literatura ni se diga del binomio Borges-Cortazar, Porcel y sus gatitas, Gardel y el Tango, pero ante todo la charla transcurrió sobre Maradona.

El tango, un ir y venir da pasión, de la tristeza a la alegría y viceversa, el movimiento constante de la intercalación. De ahí la gambeta, el tango personal de Diego Armando Maradona. Así pues en el mundial de 1986 en México, la pelusa como se le llama a Maradona realizó el que se ha considerado el mejor gol, y no me refiero a la mano de Dios, sino en donde esquivo a toda la defensa inglesa desde la media cancha, realizando la gambeta cuyo quiebre de cadera dejaba frenado el movimiento del contrario. Los ingleses quienes enfrentaron a los argentinos en la guerra de las Malvinas. Fue por eso que fue tan importantes para ellos ganarles, y Maradona se convertiría en ese elegante y polémico guante blanco contra Inglaterra y sus pretensiones.

Pues analizando los movimientos de ese gran gol, a partir de un dibujo que ofrece una representación gráfica y matemática de cómo fue que Maradona se realizo tan glorioso gol. Hemos obtenido otro fractal indicativo de una fuerza guerrera sin igual, la del tacto y la definición, una virtuosa formula que cabe precisa en la armonía del cosmos de las energías humanas por el hecho, la gracia de las fuerzas antagónicas y esa magia que sigue surgiendo de las contradicciones que presenciamos.